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La aromaterapia es, sin dudas, otra extraordinaria posibilidad de tratamiento natural holístico, que recurre al uso de las propiedades de las plantas, a través de los aceites esenciales que se obtienen del procesamiento de éstos. La palabra "aroma" significa olor dulce, y "terapia", tratamiento diseñado para curar.
Las propiedades naturales de los vegetales tienen un alcance fundamental para el tratamiento de las distonías neuro-vegetativas, los desequilibrios psicofísicos, pues actúan directamente en el plano emocional y fisiológico del ser humano. Su facilidad de absorción en la piel permite que los componentes activos penetren directamente en el organismo, equilibrando y armonizando todo el sistema a través de los meridianos energéticos, la circulación sanguínea y linfática, las células, los tejidos, los órganos, los aparatos y los sistemas.
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La clave de los aceites esenciales, utilizados en aromas, está en la capacidad alquímica de las plantas para unificar en sí mismas las propiedades elementales de la vida. Materia y Espíritu, Cielo y Tierra, confluyen en procesos como la fotosíntesis donde se fusionan la luz y la materia, dando como resultado un producto final que concentra todas las virtudes de la planta y expresa su poder en el aceite esencial aromático.
Al oler el aceite esencial, nuestro sistema olfativo reproduce esa síntesis y el resultado es una inmediata sensación de armonía, vitalidad, relajación, y un sentimiento de paz en nosotros y el universo, según sea el mensaje de la planta que se ha usado. A través del aroma entramos en contacto con el alma de las plantas y sintonizamos sus virtudes, posibilitando a la vez que ellas cumplan sus servicios en la rueda de evolución.
No es casual que cada uno de nosotros tenga su perfume favorito mientras que otros nos son indiferentes o incluso aún nos desagradan, porque cada aceite esencial posee un marcado carácter propio. Masculino-femenino, frío-calor, dulce-amargo, ácido-alcalino, son algunos de los opuestos complementarios que cada uno de ellos sintetiza en una combinación única.
Al difundir nuestra preferencia aromática estamos completando o reforzando intuitivamente los aspectos debilitados de nuestro ser. En aromaterapia, los aceites esenciales nos aportan sus atributos y cualidades tanto en el plano físico como en el mental y espiritual. Nos completan y equilibran anímicamente, produciendo un estado general de bienestar, armonía y contento.
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La aromaterapia hace su inicio en el mundo moderno cuando, en el siglo XX, René Maurice Gatefosse (químico francés), llamado "el padre de la aromaterapia moderna", la incorpora a la medicina natural.
También en la aromaterapia moderna, en Milán (Italia), el Dr. Paolo Rovesti aliviaba la depresión y estados de ansiedad haciendo oler a sus pacientes trocitos de algodón embebidos en aceite esencial, estimulando su sistema límbico y liberando así situaciones traumáticas.
El médico y cirujano Jean Valnet aportó la mayor contribución a la aromaterapia para ser valorada y reconocida como medicina capaz de curar. Utilizaba aceites esenciales para las heridas y quemaduras de los soldados en la Segunda Guerra Mundial
En cuanto a la aromaterapia holística, es pionera la bioquímica francesa Margueritte Maury , quien desarrolló una técnica de masaje aplicando aceite en los centros nerviosos de la columna vertebral y en el rostro.
Lic. Constanza Loffreda
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